"ME RECHAZARON DE TODOS LADOS"

Hernán Herrera, vocalista de Santamarta, reveló las dificultades que tuvo al comienzo de su carrera, cuando fue resistido por su estilo musical. "Me decían: Es muy lento lo tuyo", confesó, en conversación con Cumbia de la Pura.

Las declaraciones del cantante, nacido en la provincia de Santiago del Estero, se remontan a los comienzos de la banda, en abril de 1998. Por ese entonces, estaba de moda la cumbia mexicana y colombiana. Y Herrera apostó a un estilo que unía ambos conceptos.

"En ese momento, se escuchaban mucho Los Ángeles Azules y Rayito Colombiano. Pero también Aniceto Molina. Y queríamos hacer una fusión, porque mi voz es más melódica, más similar a lo mexicano. El santiagueño canta también con esa lágrima natural. Y fusionamos lo melódico con una base colombiana", detalló.

"Tuvimos suerte de que nos salió un estilo propio. Es muy difícil encontrarlo", observó.

Sin embargo, la novedad no fue muy bien recibida por las empresas discográficas en las que Herrera presentó su proyecto. Acostumbrados a otros sonidos, los directivos fueron reticentes a contratarlo.

"La pasé bastante mal porque me rechazaron de casi todos lados. Me pedían que haga una onda Tambó Tambó, que estaba pegando en ese momento. Me decían: "Es muy lento lo tuyo", reveló.

Sin embargo, en octubre de ese mismo año, se produjo el milagro que esperaba el cantante.

Sucedió que Herrera, creyente católico, realizó a pie la famosa peregrinación a la Vírgen de Luján, junto a su esposa, Hilda Rabellino. Y entre deseos y plegarias, pidieron que el material de Santamarta fuese aceptado.

"Hicimos todo el camino con la flaca. Hasta ese momento no teníamos ninguna contestación, de ningún lado. Y cuando llegamos a casa, había un mensaje en el teléfono. Era una cita con Rubén López Riant, productor artístico de Leader Music. Decía que había gustado el material y que nos presentemos el lunes", contó.

De esa manera, el artista obtuvo la respuesta esperada.

"El que me aceptó fue Leader", destacó.

Y opinó que el hecho se produjo gracias a "la voluntad que uno pone para que las cosas salgan bien".

En consecuencia, en marzo de 1999 salió al mercado el primer material del conjunto, titulado Corazón pecador, el cual vendió 100 mil copias en solo tres semanas. 

"Hoy es casi imposible vender tantos discos", reflexionó Herrera.

El formato de Santamarta posee una base colombiana, carácteres melódicos de México y sonidos de Argentina. Esta fusión le permitió trabajar en la movida tropical de manera ininterrumpida, pese al surgimiento de la cumbia villera, base, turra y pop, entre otros ritmos.

"Un cantante o grupo musical se tiene que proyectar sabiendo que va a haber nuevas modas. Y si uno tiene un estilo propio, no debe apartarse nunca. Porque así lo aceptó la gente. Hay que convivir con las nuevas modas y morir de pie", puntualizó.

Corazón pecador, primer material de Santamarta, vendió cien mil copias en tres semanas. En la imagen, el vocalista Hernán Herrera posa junto a unos de sus músicos con el disco de platino, recibido por la cantidad de ventas. Facebook.

Los primeros pasos de Hernán en la música popular se dieron en Santiago, bajo la influencia de su padre.

"Mi viejo era cantante. Y en Clodomira cantaba en las plazas, con la guitarra", recordó.

Herrera tenía 15 años cuando se sumó al grupo Juventud.

"Empecé a cantar en una banda que tenía batería, teclado, bajo y guitarra. Era emocionante. Ahí arranqué. Era segunda voz", recordó.

Y al año siguiente, formó su propio conjunto.

"A los 16 formé Alexander, era el líder. Ahí conocí por primera vez un estudio de grabación".

Una postal actual del grupo Santamarta. Al frente, los vocalistas Hernán Herrera e Hilda Rabellino, junto a sus músicos.

No obstante, en paralelo a la música, Herrera estudió para ejercer como maestro de grado. Y a los 21 años comenzó a trabajar en el Desvío La Paloma, una pequeña localidad ubicada a 11 kilómetros del límite con la provincia de Chaco.

"Fue mi primer desempeño como maestro rural y mi primer contacto con los chicos, de una pobreza bastante grande. La pasé muy lindo. Me encantó enseñarles a sumar, restar, tocar la guitarra, cantar. Era personal único. Eso significa que hay un solo maestro, para 20 alumnos, que enseña todos los grados", explicó.

"En la parte social, logré muchísimas cosas. El pueblito es muy pobre y está rodeado de miles de hectáreas con cabezas de ganado y sembradíos de algodón. Y les pedía colaboración a los dueños, que eran franceses y alemanes. Les pedía dos o tres vaquillonas para armar campeonatos y juntar dinero. Así pudimos comprar todas las cosas para la escuela, como lámparas de luz, una heladera y una cocina. De todo un poco".

Las dificultades que debía atravesar Herrera, como maestro y director del colegio, también debían enfrentarlas sus alumnos.

"Había que pasar por un puente colgante, que estaba a siete metros por encima del río. Se cruzaba con las maderas rotas y cincuenta grados de calor. Los chicos hacen ese esfuerzo por aprender", valoró.

Hilda Rabellino y Hernán Herrera, pareja y cantantes de Santamarta, apuestan a un estilo propio, por encima de las nuevas modas. Por eso posan con la bandera de Cumbia de la Pura, un programa único.

En otro orden de cosas, el vocalista se refirió a la relación que tiene con su pareja, Hilda, quien además de ser su compañía, se desempeña como segunda voz de Santamarta.

"Como en toda convivencia, a veces es fácil, a veces difícil. Estamos juntos hace 25 años, todo el día, tanto en la casa como en el armado de las canciones, en los ensayos, viajes, el escenario. No es fácil", expresó.

La empresa Leader Music lanzó en 1999 el disco Guerra de Acordeones, con canciones de Santamarta, Montecristo, Huepa, Onda Sabanera y Los Palmeras. Fue uno de los grandes momentos que los vocalistas Hernán Herrera y Martín Meza compartieron en vida.

Por último, se refirió a Martín Meza, cantante de Montecristo, quien falleció en agosto de 2018, a causa de sus excesos. Ambos vocalistas habían lanzado juntos sus primeros discos, por la misma compañía discográfica, en el mismo año. En consecuencia, se habían hecho muy amigos.

"Sentí mucha tristeza. Siempre que nos veíamos nos dábamos un abrazo grande y conversábamos bastante. Ultimamante, Martín estaba dominado por el alcohol. Hubo muchas veces que lo vi mal. Siempre traté de aconsejarlo como amigo. Yo veía que no podía zafar. No me sorprendió tanto su muerte porque tuvo varios episodios donde se salvó. Tenía que llevar una vida más sana y no hizo caso. Vivió como quiso y murió en su ley", analizó.

Escuchá la nota completa acá:

La entrevista fue realizada en vivo en la tarde del sábado 6 de octubre de 2018.